Videojuegos: daños y /o beneficios

 En Psicología

Con la llegada de las TIC a nuestra vida diaria, estamos viviendo un cambio de paradigma tanto desde el punto de vista formativo e informativo como a nivel social y relacional. Acompañarlo parece ser uno de los aspectos que más preocupa a la población: cómo la vida con los videojuegos afecta el desarrollo del cerebro.

Cuando hablamos de TIC o Tecnologías de la Información y la Comunicación, nos referimos a un conjunto diverso de prácticas, conocimientos y herramientas, vinculados al consumo y transmisión de información y desarrollados a partir del vertiginoso cambio tecnológico que ha experimentado la humanidad en las últimas décadas, sobre todo a raíz de la aparición de Internet.

En este sentido, debemos saber que los videojuegos no están exentos de peligro, ayudan a desarrollar habilidades, resiliencia y apoyan determinados aprendizajes. Entonces, la controversia es, ¿vale la pena correr el riesgo de la adicción?

Discutiendo este tema con más profundidad, es interesante ver qué beneficios generales podemos obtener del uso de videojuegos (de forma responsable):

  • Pueden ser recursos didácticos muy poderosos y pueden aumentar la motivación de niños y niñas en un entorno escolar que se caracteriza generalmente por las “actitudes pasivas” de los estudiantes.
  • Pueden mejorar y facilitar el razonamiento de forma interactiva.
  • Ayudan a mejorar la retención, la coordinación ojo-mano y la memoria.
  • Mejoraron la concentración y la curiosidad, así como la creatividad y el pensamiento divergente.
  • Pueden ser el centro de interés común para todos los grupos de edad, promoviendo así la interacción social.

Es importante recordar que todos estos beneficios dependen del tipo de videojuegos en el que se dedique el tiempo libre. No todos reciben beneficios.

Por el contrario, también debemos reflexionar sobre los perjuicios de este tipo de entretenimiento, que en general siempre provienen de un empleo inadecuado, excesivo o descontrolado. La mayor preocupación de la población con respecto a los videojuegos es la adicción. En general, la sobreestimulación (luz, sonido, cambio constante, movimiento …), el refuerzo instantáneo y la tendencia a esquivar dan a los videojuegos un gran potencial aditivo.

Otros peligros también incluyen: insomnio, empobrecimiento de las habilidades de relación en detrimento de la vida social en un contexto externo real (no digital), reestructuración del cerebro (fomentar la atención multitarea que afecta la atención y el enfoque sostenidos) y el acceso a contenido peligroso. Sin embargo, debemos enfatizar que este daño es el resultado de un empleo abusivo, inapropiado o incontrolado.

Podemos resolver la mayoría de los peligros capacitando a los niños en el manejo adecuado del ocio y la tecnología. Por ejemplo, es muy importante controlar el tiempo de exposición mediante un horario regular, preferentemente los fines de semana, que no supere las 2 horas diarias.

Además, no debemos utilizar los videojuegos como recompensa o castigo, ya que favorecemos el potencial aditivo.

Finalmente, es fundamental que las familias conozcan el tipo de juegos a los que tienen acceso sus hijos e hijas. Existe un porcentaje muy elevado de menores, con un cerebro que aún no distingue adecuadamente la fantasía de la realidad, que juegan a videojuegos de alto contenido violento y / o sexual, clasificados para mayores de 18 años. Es responsabilidad de los padres o tutores legales supervisar el uso y acceso a este tipo de material.

Desde Más Vida Psicólogos Fuengirola queremos daros un consejo: juega con tus hijos, tanto a videojuegos como a juegos de mesa, habla con ellos… ¡lo que quieras! Ya que esta es la mejor forma de conocerlos y protegerlos.

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